COMEDOR COMPULSIVO NOCTURNO

¿Has tenido alguna vez la necesidad de llenarte de comida antes de irte a dormir? Es muy frecuente escuchar testimonios que reflejan actos compulsivos en la conducta de comer justo antes de irse a la cama, e incluso de levantarse en el transcurso de la noche en busca de alguna galletita. Las personas que refieren esta conducta la asocian a la culpabilidad que conlleva seguir una alimentación sana durante todo el día y fracasar a la noche.

En sesiones cuando me relatan este tipo de conductas que reflejan una falta de autocuidado, aprovecho para preguntar a la persona que tengo delante de mí: ¿Qué crees que ganas con ese atracón nocturno? En la mayoría de los casos parece que las personas ponen conciencia a que ese impulso de llenarse antes de irse a dormir tiene que ver con la ausencia de sentirse llena en su vida y lo convierte en un acto compensatorio con graves consecuencias a medio o largo plazo. Ese era el beneficio que obtenían que no se había dado cuenta hasta ese momento.

Esta sensación de llenura nos puede hacer sentir satisfechos de alguna manera, similar a cuando haces muchas cosas y sientes que has tenido un día fructífero.

El vacío asusta, tanto o más que el silencio…, ¿intentas llenar ese vacío con comida?

Cuando descubres la causa de esos atracones nocturnos y como influyen en tu vida, ocurre que cuando te apetezca ese antojo ya sabes porque te ocurre eso y al traer esa información a tu conciencia te puedes permitir sentir vací@ y no tapar ese malestar

La necesidad inminente de necesitar comer es un mero impulso inconsciente. Cuando se toma conciencia de él y se elige no comer, el impulso se desvanece. Cuando tengas esa necesidad pregúntate: ¿realmente lo quiero?, ¿qué es lo que verdaderamente necesito?

Encontrar el motivo que esconde el acto compulsivo de comer cuando no se necesita, no significa que ese motivo no pueda cambiar o mutar a lo largo del tiempo, por eso es tan importante el trabajo de autoobservación.

Si esto que explico hoy en este post tiene significado para ti, cierra tus ojos y contéstate con sinceridad: ¿tu vida te llena?

Si has contestado un NO, ten en cuenta que cuanto más tiempo nos pasamos tapando nuestras carencias y engañándonos, más vamos a automatizar ese comportamiento y más te va a costar modificarlo. Pero cuanto antes comiences a hacer algo, por poco que sea, antes conseguirás revertirlo.

Para cerrar esta nota te recuerdo:

No es un mal hábito lo que genera malestar, sino el malestar lo que genera el mal hábito.

 

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Irene Poza. Psicóloga

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