La alimentación es un espacio de nuestra vida tan importante,
tan difícil de comprender en formar de comportamientos y adicciones..
Ese hambre que se declara enlazado al vacío provocando («estar lleno de hambre»).
O esa inapetencia relacionada a la angustia, al llanto , a la incapacidad de digerir aquello que nos ocurre en la vida.
Ese azúcar que vive y viaja en un torrente sanguíneo incapaz de transformar en alimento aquellas alegrías y dulzuras que también nos trae la vida.
Ese «come y calla» escuchado tantas veces que de adulto se convierte en un acto literal, frenando aquello que quiero decir,
en algo que me voy a tragar…normalmente con alimentos que me dañaran.
Esa persona protegida por la grasa que evitará ser tocada o incluso por grande que sea, Ser vista y así desaparecer dentro de un cuerpo amable e intocable…
Esa bebida que enajena los sentidos y emborracha la mente para así diluir dolor que nunca será transformado en amor.
Esos adolescentes que «adolecen» invisibles que llegarán a hombres y mujeres sostenidos solo por un poderoso esqueleto con el tal de no gozar, la negación a no recibir la vida, el alimento o el calor viviendo en un eterno enfriamiento del medio cercano a la muerte.
Y un largo suma y sigue que relaciona los alimentos con nuestros instintos más profundos y por tanto más poderosos.
Alimentarse bien no es solo una forma de comer, es un modo de sentir, una calidad en la calidez, una vía para vivir en la que es importante el respeto y el gusto, la necesidad de flexibilidad en la carta de navegación teniendo en cuenta rumbo y objetivos para a través de la cocina el plato y la importancia de lo mucho que abarca la palabra alimento sea un modo de sostén para vivir.
Las canciones se solapan como nuestras ideas, pienso en que nunca más comeré azúcar mientras estoy haciendo un bizcocho.
Empiezo una dieta y compro galletas «por si viene alguien».
¡Nunca más una copa! y compro un vino para celebrar esto último!
Me angustia lo que tengo que decir con miedo y ese día como tres veces sin disfrutar de ninguna comida.
No acepto la vida y no como por si así logro morir.
Y nuestra vida resuena en dos o tres o mil canciones que reconocemos y repudiamos logrando un cansancio que nos impide sostener nuestra atención plena durante solo 6 minutos.
¿Como solucionar las incongruencias de nuestra vida si los mensajes se amontonan sin posibilidad de nitidez?
Separar , sostener, respetar , amar …pase lo que pase respirar.
Escrito por Luz Varas
