Estamos ante un momento en el que hombres y mujeres nos preocupamos como nunca antes en la comprensión de nuestro comportamiento y la superación personal.
La sección de libros de autoayuda ha crecido en títulos inundando los estantes de pequeñas librerías, grandes almacenes y a disposición en formato físico o electrónico, es decir, están al alcance del mínimo clic.
Muchos de estos libros cuentan historias que están cerca de lo novelesco, con generosas promesas falsas, pero con un buen camuflaje, atajos para conseguir resolver problemas. Sin duda alguna tal producción refleja la necesidad social de comprender dichos mecanismos, de amar, de liberarse, etc. nos indican caminos en los que se hace necesario avanzar.
Considero fundamental la presencia de escribir sobre estos temas, sobre el buen vivir, el bienestar. El problema surge cuando estos títulos se convierten en un producto más al que le otorgamos el poder de que al poseerlo su capacidad de transformación en nosotros bastará, pueden quedarse en una decepcionante falsa moneda de cambio.
¿Y qué sucederá cuando te vuelva a pasar algo que no depende de ti? Pues, que los buenos propósitos que te habías hecho leyendo el libro te abandonarán.
Por supuesto sin dejar de apostar por los buenos ratos y las ideas que proporcionan los libros, quiero recordarte que somos seres vivos, que las personas nos construimos en interacción con el medio, a quién se le habla forma parte del qué se habla y del quién habla y es por eso que lo que se produce en la sesión, consultante y psicólogo, transciende en la transformación en lo particular y en lo específico de lo que esa persona resulta necesitar con mucha más fuerza y poder que a través de una voz narrativa en tu cabeza.
No lo dejes, sigue leyendo, ten criterio en tus elecciones y en lo que es necesario No cambies una adecuada ayuda profesional por un vídeo en YouTube.