¿Te estás cuestionando sobre tu realidad?
Sufrimos por aquellas cuestiones que no nos gustan y que no logramos solucionar. Cada uno de nosotros hemos pasado por la experiencia de algo que se resiste a ser vivido de otra forma; pueden ser tus relaciones, que una y otra vez tienen el mismo final, puede ser que el anhelo por conseguir algo te haga sentir que cuanto más lo deseas más lejano parece estar. Cuando esto sucede, nuestra personalidad se convierte en nuestra realidad personal, y esta personalidad acaba siendo el factor que determina cómo experimentas y sigues viviendo determinadas situaciones que de antemano presupones cómo acabaran.
Mucha gente intenta cambiar su vida sin cambiar su personalidad, es decir sin cambiar la forma en la que percibe su realidad. Tengamos en cuenta, además que cada uno tenemos nuestra propia personalidad determinada en cada uno de nosotros por el contexto y los mensajes sociales y familiares que nos han rodeado.
Si irremediablemente necesitas un cambio, este no va a suceder hasta que cambies tu percepción. Te recomiendo que observes tus pensamientos. Centra tu atención en ¿por qué pienso del modo que pienso?, ¿qué sentimientos me producen esos pensamientos?, ¿cuál es el origen de estos pensamientos?, y decide si esas emociones son las que quieres que te acompañen en tu futuro o si por el contrario estas dispuesta/o a poner fin a estas retroalimentaciones entre emociones y pensamientos que se han convertido en disfuncionales y afectan a tu bienestar.
El noventa por ciento de lo que pensábamos ayer es lo mismo que lo que pensamos hoy. Desde el punto de vista de la neurociencia la actuaciones, decisiones y hábitos se crean a partir de los pensamientos, por lo que si el noventa por ciento de esos pensamientos son los mismos que los que teníamos ayer, y van a ser los mismos que mañana es evidentemente que la forma en que pensamos y la forma en que sentimos y actuamos no vaya a ser diferente. Decide si quieres comprometerte y dedicar un espacio de tu vida a transformar en conscientes estas formas disruptivas de pensar y sentir para poder así cambiarlas y generar otras nuevas.
Te pregunto: ¿por qué tenemos que esperar para ello a sufrir una derrota? ¿o un evento trágico que nos imponga un cambio? Debes conocer que a los 35 años están fijadas las conexiones en nuestro cerebro y eso hace que cuanto más veces repitas los mismos pensamientos más se repiten esas conductas y más fortalezcamos esa vía. Comprenderás que cuando llevas 35 años pensado y actuando de una determinada manera, esta forma ha dejado una huella mental en nuestro cerebro, y la única forma de realizar un cambio es haciendo el subconsciente, consciente.
Algo muy importante que tiene que ver con las posibilidades de cambio es la atención e intención para moldear y volver a formar todos estos circuitos neurobiológicos cambiando la forma en la que uno piensa y como va a actuar desde hoy. Es una realidad que se puede sustituir la pena, la vergüenza, el enojo, etc.
Para ello, debes tomar la decisión consciente de que vas a generar unos pensamientos positivos, lo que va hacer que surja una emoción positiva. El error que comentemos es que esperamos que aparezca el evento positivo y luego sentimos la emoción de satisfacción, sin darnos cuenta de que estamos actuando en ocasiones justo en sentido contrario, esperando que fuera de nosotros suceda lo que deseamos y necesitamos, en vez de ser nosotros responsables y el verdadera motor de nuestro cambio. Por ejemplo, cuando estamos deseando tener un trabajo que nos haga sentir realizados y exitosos, aunque en realidad es muy difícil que te seleccionen para ese trabajo, ¿te gustaría que mientras esperas para saber si finalmente lo consigues tus pensamientos te identificasen con una persona fracasada?
Se ha comprobado que tras sólo cuatro días reformulando tus pensamientos puedes cambiar las manifestaciones de tu expresión emocional, es decir el estado interno de cómo te sientes. Está claro que en gran parte, conseguirlo es tu responsabilidad y lo mejor de todo es que está a tu alcance.
Muchas veces uno cree que sus emociones son resultados de factores externos, que nuestra vida es miserable por aquello de afuera; cuando piensas así te conviertes en víctima de ti mismo, lo grabas en tu sentir emocional y al final lo conviertes en tus pensamientos y se hace muy difícil que puedas enfrentar de otra forma el futuro. Si pretendes que te suceda algo te vuelvo a recordar que lo más importante es tu intención, pero si no le pones las emociones y pensamientos acordes a lo quieres que suceda vas a terminar condicionado por los mismos factores que anteriormente te han hecho fracasar.
Cuando cambias la forma en la que funciona tu cerebro, y aprendes que puedes pensar y sentir de otro modo, este cambio se refleja en toda tu persona desde tu sistema inmune, hasta tus relaciones.
Te recuerdo que en estos tiempos es importante que te tomes tiempo para reflexionar y conocer cómo has vivido la vida hasta ahora y cómo quieres vivirla, y hacer esto siempre es más fácil acompañado de un profesional. No se trata simplemente de ser positivo/a, sino de comenzar a pensar de forma más constructiva para tomar así el control de lo que te sucede en tu vida.
Decídete. Ponle fin a perpetuar las huellas emocionales negativas de tus circuitos cerebrales.
https://scholar.google.es/scholar?hl=es&as_sdt=0%2C5&q=circuitos+cerebrales+crear+realidad&btnG=
Irene Poza. Psicóloga
C/del Prado, 26 Madrid y consulta online