CONSTRUIR una pareja

¿Hay en la actualidad una nueva forma para construir una pareja?
Cada día es más frecuente escuchar tanto entre las personas que acuden a psicoterapia como entre nuestros allegados las dificultades que encuentran en el terreno de la pareja.

Cuando atiendo a un paciente con esta queja le planteo si el problema en relación con la formación de una relación sentimental es propio u obedece a la influencia social, a los cambios en los que nos vemos inmersos y que influyen en nuestro devenir humano.

Son varios y rotundos los cambios que se han dado a nivel social y que han tenido, sin duda, una importante repercusión en la vida de las parejas y en la construcción de las mismas. Ejemplos pueden ser la Revolución industrial en la segunda mitad del siglo XVIII, que supuso un éxodo a las ciudades de los hombres, quedando las mujeres en el entorno rural solas a cargo de los hijos e hijas, con las consecuencias que la ausencia de figura paterna implicó. Otro ejemplo, es el movimiento feminista, con su máximo auge a finales del siglo XIX y principios del XX, con unas consecuencias políticas y económicas, cuyo eco social aún es tangible. Sin embargo, y pese a la existencia de miles de trabajos académicos sobre el feminismo, no hay una respuesta a la influencia de este movimiento en el vínculo entre hombre y mujer en su vida de pareja, en las consecuencias para la relación o para la construcción de la
pareja sentimental.

parejaY desde luego permanecer tratando como problema en terapia una cuestión tan influida por la actualidad sociológica, ya sabemos la importancia que tiene que la persona se viva así misma como que ella es responsable de un conflicto al que no logra poner solución. Apostemos por ampliar nuestro propio campo de visión, interroguémonos como mínimo antes de adjudicarnos un problema más.

Lo que se nos transmite desde la cuna en relación con el amor romántico da lugar a un prejuicio sobre cómo debe ser una pareja, cómo debemos actuar, cómo debemos sentirnos, etc., y esta influencia sociocultural nos llega en forma de canciones, de películas, en las historias de novelas como Crepúsculo o A tres metros sobre el cielo, en las que el papel de la mujer queda relegado a entregar su vida, a perderla por lo que llamar amor, o a vincularse con “el chico malo”, con las terribles consecuencias que esto puede tener entre las jóvenes, y no tan jóvenes, en relación con la construcción de una pareja sana.

Como mujeres hemos transgredido multitud de hitos en estos últimos años, sin embargo, respecto a la pareja aún tenemos cosificados esquemas heredados que cuando los aplicamos nos alejan de nuestros deseos.
El amor, como otras tantas actividades del ser humano, tiene una dimensión sexual, emocional, social y cultural y por eso varía según el lugar y la época.
Aprendemos a amar en la cultura en la que vivimos. Los medios de comunicación contribuyen a la difusión de la forma en la que debemos amar las mujeres y los hombres. Actualmente, esto se ha ampliado mediante la comunicación virtual, nos relacionamos con personas mediante pantallas ¿nos hemos acostumbrado a estar juntos
en solitario? estos nuevos avances son, ¿una amenaza o una solución? En definitiva, podríamos decir que sonreímos más a las pantallas que a las personas.
Recientemente he comenzado un nuevo proyecto de radio en UniRadio de la Universidad de Jaén, es un espacio sobre los distintos enfoques de la psicología, que tiene por nombre Habitando el Vacío. En cada programa comparto espacio con un invitado, en las últimas intervenciones y al hilo de la vida en pareja y su construcción pregunté sus opiniones, que comparto con vosotros.
D. Ángel Saavedra, codirector de Lamar (Psicología de la Gestalt) indicaba que la gente cada vez tiene un contacto más virtual y menos real, y esto influencia la manera de tener relaciones. En este contacto virtual se construye una idea de lo que la pareja es y no de lo que realmente es, no sabemos de esa persona más que lo que idealmente le proyectamos. En consulta también trato, sobre todo en los últimos tiempos, la poca predisposición dentro de la pareja a ceder el terreno personal, no se está dispuesto a compartir, hay más imposiciones que negociaciones. Esto implica que la relación de pareja sea una lucha por el territorio, y mientras dura esta guerra es difícil construir, hay
que compartir desde un yo-tú, desde un igual-igual.

Aunque parece que hay muchas posibilidades gracias a los medios virtuales para conocer gente, se produce una paradoja ya que es cada vez más difícil relacionarse con otras personas o comenzar una relación. Observo que las personas van a la búsqueda de relaciones pero con mucha prisa, con urgencia, y nos incita a creer que hay unas garantías sobre la otra persona, y esto está abocado al fracaso, porque esta urgencia nos lleva a no conocer a los demás, desechamos a otros
antes de haberlos conocido, no llegamos a conocer al ser humano, nos quedamos en cómo lo vemos, en cómo se desenvuelve y no en cómo es realmente. Decimos, me gusta, entonces ya lo amo. Esto lo clasifico de amor exprés, ante la prisa de tener o sentir amor, calificamos cualquier interacción que mantengamos con un potencial candidato o candidata a pareja, de amor.
En resumen, las nuevas formas de comunicación y conexión con otros integrantes del mundo dejan su huella en las relaciones. Finalizo con unas palabras de Zygmunt Bauman en su libro Amor Líquido: “no se deje atrapar. Evite los abrazos demasiados firmes. Recuerde, cuanto más profundos y densos sean sus lazos, vínculos y compromisos, mayor es el riesgo”.

Publicado en el blog del III Congreso Nacional de Terapia Gestalt en Málaga (2017)

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