Sobre «Quejarse»

Sobre Quejarse

Desde luego… sobre quejarse no voy a discutir con vosotros que me leéis, que se hace una circunstancia necesaria. Sin embargo, hemos de distinguir entre la queja justificada y la queja neurótica, esa que solo está al servicio del lamento y que no conlleva movimiento ni transformación personal alguna.

Observa lo que te puede agotar una panda alrededor que tenga por vicio quejarse, seguro que parte de tu batería de energía se desgasta en este contacto.

Están los que se quejan porque han aprendido a sacar beneficio de esa posición de víctima, los que se quejan porque no tienen el coraje de enfrentar la circunstancia y se quedan presos en ese laberinto de angustia; luego, hay otro grupo de quejosos que están identificados con la impotencia, no se saben con las habilidades para poder superar determinados acontecimientos y…etc., y… etc.
Digamos que «los quejosos» disponen de su propio club y que va en aumento. Si no pones consciencia al igual que otras afecciones te puedes contaminar sin saber ni cómo sucedió, tan simple que un día tras otro te encuentras convertido en un especialista pesimista quejoso y abatido preso de la fatiga producto de tal actitud.

Espero que tras compartirte esta reflexión, mires a tu alrededor y no acabes con «carné del club de los quejosos».

 

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