NO ME SACRIFICO, ME CUIDO. Psicología en la alimentación
Sobre alimentación consciente
Inmersos en un sistema cultural en el que hemos aprendido que el esfuerzo es el camino para conseguir lo que anhelamos, nos hemos acostumbrado a un modo de vivir que, a la larga, nos hace sentirnos exhaustos.
Muchas personas toman, en algún momento de sus vidas, la decisión de mantener un peso saludable. Cuando ponemos conciencia en nuestra alimentación con este objetivo, se hace necesario revisar la motivación interna por la que queremos alcanzarlo. Existen dos motivaciones principales: una es la mejora de la apariencia física; la otra, el bienestar físico.
Si eres de los que en el resto de las áreas de tu vida has alcanzado tus metas a base de una fuerza de voluntad inquebrantable, te propongo algo: ¡déjalo ya, deja de luchar! Con este artículo quiero que comprendas que existe otra manera de hacer las cosas en la que no se contemplan ni el esfuerzo ni la lucha contigo mismo.
En el amplio universo de la alimentación consciente, la invasión de fórmulas, propuestas y autores es tan amplia, y las contradicciones son tan numerosas, que resulta complicado seleccionar la mejor opción para uno mismo. Nuestra sabiduría interna ha quedado relegada a un plano inexistente; ya no sabemos escuchar a nuestro organismo, que nos manda las mejores señales para alcanzar el éxito en la salud. Así que por mucha información exterior que puedas manejar al respecto de la alimentación, tu mejor aliada será siempre la información que llega a través de conocerte a ti mismo.
Estar saludable físicamente nunca ha de ser motivo de sacrificio. Mantenerse sano es un acto de “yo me cuido”; en ese acto transformamos la creencia de “me estoy privando” por “me estoy cuidando”. Como podrás estar deduciendo ya, detrás de un físico saludable habitan innumerables creencias emocionales que deben ser, asimismo, sanas.
En la elección y la elaboración de la propia alimentación coexisten innumerables criterios y pensamientos. Muchas veces, ellos se basan equivocadamente en la creencia de que para conseguir el aspecto que deseas has de demostrar tu fuerza de voluntad. Te invito a que des por terminada esa batalla de sacrificio y a que des el primer paso para redireccionar el camino hacia tu deseo de sentirte saludable.
Pensamientos que me sitúan en el sacrificio
Estoy a dieta
Hago deporte cansada
Me excedo/me privo
Me siento mal y como
Como alimentos que no deseo
Pensamientos que me sitúan en “me cuido”
Qué sabroso es comer lo que me gusta
Práctico deporte dentro de mi horario de ocio
Como de todo en cantidades adecuadas
Como adecuadamente
No utilizo la comida para sentirme mejor
Esta propuesta para alcanzar tus objetivos en relación a la comida no se basa en estar todo el día comiendo alimentos que no te apetecen en cantidades limitadas ni en caer en el agotamiento quemando calorías. Y no se basa en eso simplemente porque hay una mejor opción que no necesita de voluntad ni de esfuerzo, sino de actitud y autocuidado.
El término sacrificio implica una temporalidad limitada. Si te basas en él para mantener una buena relación con la comida, cuando dicha relación de sacrificio acabe también terminará tu deseo de conservar un físico saludable.
Es necesario redescubrir que es posible otra relación con la alimentación basada en la actitud de “no ingiero eso porque me ocupo de estar bien y de cuidarme”. Es desde ese paradigma cuando la buena relación con la comida se vuelve atemporal y, por ende, también lo hace tu deseo de mantenerte en un peso adecuado.
Detrás de una sana actitud de cuidarte se cimienta toda una relación contigo mismo. Investiga por qué has aprendido a relacionarte contigo mismo como lo has hecho hasta ahora: ¿Cuánto peor estás, más te cuidas para sanarte?, ¿o te abandonas más todavía?, ¿has de pagar un alto precio para conseguir tus deseos?, ¿esperas que sea el otro el que se encargue de cuidarte?
Prueba a rellenar estas afirmaciones para empezar a adquirir una nueva actitud con respecto a tu alimentación consciente:
Me voy a cuidar cocinando y comiendo…
Me voy a tratar bien de esta manera… cuando esté en ese momento que no me gusta…
Me dedico a cuidarme así… cuando me sucede…
Empieza a interiorizar que el esfuerzo, la voluntad y el sacrifico no tienen por qué formar parte de la relación consciente que mantienes contigo mismo y con aquellos aspectos cotidianos que quieres hacer presentes en tu vida. De esta manera te acercarás a tus deseos desde un lugar interno en el que la presencia del “me cuido” formará parte de tu modo de vida: me cuido porque me necesito, me cuido porque me valoro, me cuido porque me respeto…
Así de fácil es conseguir una buena relación con tu capacidad para crear tu alimentación consciente. Pon fin a las batallas contra ti mismo y a tus privaciones. Bienvenido a un nuevo modo de relacionarte con lo que te alimenta.Alimenta tu mundo físico con comida; alimenta tu mundo emocional con experiencias, relaciones y proyectos.
Te comparto este enlace
Documental La dieta perfecta para usted parte 1
https://www.youtube.com/watch?v=-bDnaC5qsZU
Irene Poza. Psicólogo Madrid y online
C/del Prado.
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