Es un hecho que la emergencia sanitaria por el coronavirus que atravesamos por la grave pandemia que se ha hecho global ante el ataque invisible del COV – 19 nos pone en situación de vulnerabilidad a los miles de habitantes que poblamos el planeta Tierra. Concretamente en Madrid, lugar de mi consulta de psicología son desoladores los datos sobre las vidas que se están perdiendo por este agente vírico del que miles de teorías y conspiraciones nos llegan.
La necesidad del ser humano para comprender lo que le sucede y lo que le espera es una poderosa herramienta defensiva que desde los albores de los tiempos hemos utilizado para generarnos la calma. Antiguas tradiciones antes del nacimiento del método científico desarrollaban recursos creativos enfocados a crear explicaciones a los eventos que se escapan a nuestras capacidades humanas. Los altos cargos como podían ser los reyes disponían entre su consejo de sabios de astrólogos, profetas, etc., personas a las que se le atribuían el don de predecir el futuro.
Este tipo de mensajes que emitían tales consejeros tenían un lenguaje común en el que redundaban alusiones a simbologías a las que se les puede atribuir varios significados, lo que lo haría un recurso ambiguo y críptico perfecto para cada uno usar o generar su propio código cargado de sus connotaciones personales en la búsqueda de descifrar un mensaje. Está claro que en momentos en los que nos sentimos amenazados, antes y ahora la curiosidad por predecir qué nos espera en el futuro se dispara. Si nos asomamos a internet o incluso sin hacerlo, es fácil que en estos días de Coronavirus hayas recibido algún tipo de profecía.
Aprovechando el confinamiento, que me consta respeta la inmensa multitud, la cual ha convertido el confinamiento en un sosegado recogimiento interior con la actitud de cuidarse para cuidar y el afán por emplear el cambio de ritmo en instantes de introspección; os quiero hablar de lo que en psicología denominamos: Profecía autocumplida. Se trata de un sesgo en la percepción a través del cual anticipamos hechos y sus consecuencias antes de que ocurran y con una seguridad aplastante. Las profecías autocumplidas se componen de todos aquellos pensamientos de tipo predictivo que emitimos (ej.: nunca voy conseguir trabajo, no me voy a curar, etc.) una vez emitidos tenemos un alto porcentaje de probabilidad de convertir tales creencias en sentencias de realidad.
¿Qué tres sucesos se dan para que la profecía autocumplida ocurra?
– Tener una falsa creencia sobre algo o sobre alguien
– Hacer que el asunto encaje con la creencia
– Confirmar el resultado o comportamiento con la confirmación de la creencia.
Lo que hace posible que se acabe plasmando la creencia es la modificación de la conducta que vamos amoldando inconscientemente para acabar confirmando la profecía. Así expectativas negativas causarán o servirán de excusa para resultados negativos y expectativas positivas nos servirán de impulso para resultados maravillosos.
Te recomiendo este recogimiento para estar atento a tus propias profecías y conseguir localizar tus expectativas negativas para transformarlas en positivas.
Trata a una persona como es y permanecerá como es. Trata a una persona como puede ser y podría ser y se convertirá en lo que puede y podría ser.
Sthephen R. Covey
Desde la Asociación Española de Terapia Gestalt AETG se ha puesto en marcha una iniciativa de ayuda a los afectados por coronavirus. Os comparto sus enlaces.
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Irene Poza. Psicóloga Madrid y online
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